El problema de la OGC

Los ingleses son muy chungos. Perdón, muy chulos. Así coge la Oficina del Comercio Público (OGC en inglés) y se gasta 20.000 euros en rediseñar su logo. Esto en nuestro mundo es habitual.

Los diseñadores tampoco se comieron mucho el tarro, las tres letras iniciales pegadas entre sí, con una tipografía austera y en color grisaceo. Nada del otro mundo.

El problema llega cuando una de esas personas con mucho tiempo libre y mal calificadas como "mal de la cabeza" y ve el logo mientras estaba tumbado en el sofá de su casa.

Si es que hay que revisar las cosas antes de dejarse un dineral en ellas.