jueves, 3 de mayo de 2007

La magia de lo simple

TODOS SOMOS CREATIVOS

3 de mayo.- MARCELO VERGARA

En este momento estoy en Argentina, trabajando para Renault Latinoamérica, y me he acordado de una anécdota de un amigo que trabajó conmigo hace algunos años que me sigue pareciendo genial.

Él estaba viendo un partido de fútbol con su padre y su tío en el estadio de River Plate. Jugaban el superclásico de Argentina River y Boca. Mi amigo es de Boca; su máximo ídolo en ese momento era Alberto Tarantini, que en ese partido jugaba de lateral izquierdo.

Durante todo el primer tiempo, mi amigo estaba en la tribuna del lado opuesto al que jugaba Tarantini y estaba sumamente triste porque tenía a su ídolo a 60 metros de él. Imagínense, a esa distancia lo veía mejor en un cromo que en el estadio.

Al terminar el primer tiempo, su tío, que se había dado cuenta de lo mal que se sentía su sobrino por no ver de cerca de su ídolo, tuvo una idea que me parece genial por donde se la mire. Agarró a su sobrino y le dijo que se quedara tranquilo, que aprovecharía el descanso para ir a hablar con Tarantini para preguntarle si le podía hacer el favor de jugar en el sector donde estaba sentado mi amigo.

Con cierta esperanza, pero con bastante incredulidad, a pesar de tener 10 años, mi amigo se queda sentado a esperar que empezase el segundo tiempo. Su tío se va al baño, hace un poco de tiempo y regresa con la noticia de que había hablado con Tarantini y le había dicho que jugaría del lado en el que ellos estaban sentados.

Empieza el segundo tiempo, salen los equipos al campo y mi amigo ve como Tarantini se ubica del mismo lado en el que él estaba. Pónganse en su lugar sólo por un instante... Creo que en ese momento Dios era un señor simpático que no le llegaba ni a los tobillos a su tío. Obviamente, Alberto Tarantini iba a jugar de todas formas en ese sector del campo y, obviamente, ese día quedó grabado en la cabeza de mi amigo y en la mía después de habérmelo contado. !Qué idea más simple tuvo ese tipo, por Dios!!

Creo que el 90% de nosotros nos hubiésemos complicado la vida para resolverlo mucho más de lo que se la complicó este tipo. A veces las mejores ideas son las que están ahí, a tres centímetros de nosotros. Esas que nos generan la duda de si son una genialidad o una estupidez, esas que aparecen después de muchos días de despertarnos a las 4 de la mañana porque no se nos ocurría.

Qué envidia me da el derroche de creatividad que hizo el tío de mi amigo y en sólo 45 minutos, sin prepuestos monstruosos. Por eso les quería contar esta anécdota porque me parece que este tipo, para mí, está al nivel de los grandes creativos de la historia de la publicidad. Y no quería que esta gran idea, por simple y por humilde que sea, quedara en el olvido.

Si alguien sabe de creativos como el tío de amigo que hayan tenido ideas que merezcan la pena no dejar en el olvido, aprovechen este espacio que nos da elmundo.es para que las conozca todo el mundo. Gracias.

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